En primer lugar fue la pintura. Si, yo diría eso, pero siempre hubo en ella esas situaciones de introspección en donde de forma pasiva consumía Netflix y de forma activa, marihuana. Pero entonces primero fue todo eso que hacía, antes de la pintura. La masividad de ambos consumos me hizo pensar que mucha gente se vería a sí misma en esa experiencia, dejando el control sobre la cama, la lata de cenizas para que no se volcaran y la pantalla de vidrio oscuro, en streaming. Ese momento en el que aparece la N y a posterior se desintegra. Un capítulo más. Cada tanto me pregunta, ¿todavía seguis viéndome?
Luego fue la pintura, claro.
Un día Rodrigo alias rorro alias $olnegro buscaba imágenes como tapa de sus canciones y postule la mía. La estética postpunk. Ni idea, o quizás si, algo de gris había, algo de nostalgia, algo de resignación. Otra cosa era el placer.
Los invasores. Los invasores se toman la ciudad. Verán nuestros cuerpos masacrados en todas sus pantallas. ‘Yo sé quienes son ustedes’ dice y también pide por favor.
Después fue, sí fue después, que la pintura quiso ser comprada.
Hablé varias veces con Florencia, quien había convertido la pintura ahora de forma virtual, en una animación donde además de cenizas había humo y donde la N aparecía y desaparecía como si alguien apretara el control o quizás solo dejara correrlos en continuidad. Primero me dijo pensalo, lo vamos a volver a hablar. Había que cambiarte por dinero, ponerle un precio a todo eso. ¿Para qué te usaría entonces? Un día volvimos a escribirnos, como me había anticipado y aceptó la suma inventada. La pintura sin título, viajó envuelta en un papel casi translucido, para que finalmente se encontraran. Atrás le puse mi nombre y el número 2024. Olvidé poner que pertenecía a la serie «pantallas«, por algo habrá sido.
Me contó ese día, que cuando cerramos el intercambio, hubo un cuadro en su pared que cayó al piso en el mismo instante en el que apretó enviar en su celular. El vidrio se rompió pero nadie salió dañado. Esta vez, todo era transparente. Me dio un poco de miedo pero también pensé que la pintura tenía algún tipo de poder misterioso.

Ahora ya no sé que fue lo que pasó primero.