En la ciudad, te desafío a que salgas por la calle y por esa inútil estadística, por esa extraña casualidad, por una de esas increíbles imposibilidades, no veas a nadie usando celular. Te desafío además a que quizás no veas a nadie usando marcas en sus vestimentas no las veas en sus zapatillas ni en las bebidas que toman o los residuos que tiran. Te desafío al menos a que no las reconozcas. Al mismo tiempo lo hago conmigo misma, con la mirada y con mis usos.
Puede que sea un desafío fuera de siglo, ¿o es sólo fuera de década? Ya no recuerdo cuando cambió el mundo.
Me he acostumbrado demasiado rápido. Quizás nunca viví en uno diferente.
Aceptalo, y si si lo logras, avisame. Quiero ver como se ve tu mundo, el mío está fuera de lo común.